Las excavaciones arqueológicas en el Grupo de la
Cruces, el área ceremonial más importante de la
antigua ciudad de Palenque, revelaron la presencia de numerosos incensarios
compuestos que fueron enterrados, generalmente en los basamentos de los
edificios, por los antiguos palencanos.
Los incensarios fueron elementos imprescindibles en
la vida ceremonial de Palenque. Las ofrendas depositadas en éstos eran
quemadas, como en el caso de los mayas yucatecos, quienes quemaban el
ch’ahalté, una combinación de maíz molido y copal que la combustión
transformaba en sustancias ligeras capaces de llegar al ámbito de las deidades.
Creían los mayas que el humo producto de la combinación de maíz molido, copal y
sangre de los autosacrificios -en algunos incensarios se han encontrado
falanges- llegaba a los dioses y recreaba los elementos con que habían sido
creada la humanidad: con sangre y maíz.
IMAGEN: En la parte superior se ve al dios K’awill
emergiendo de la representación de una mazorca de maíz cortada en sección (a)
en alusión al nacimiento del maíz. Esas representaciones se hacían en copal,
que en maya se llamaba pom (b). El incensario se exhibe en el Museo de Sitio de
Palenque, Chiapas.
Foto: Octavio Moreno
Tomado de Martha Cuevas García, “Los incensarios
del Grupo de las Cruces, Palenque”, Arqueología Mexicana, núm. 45, pp. 54-61.
A LOS ANCESTROS EN PALENQUE UNA SUSTANCIA LIGERA PARA LOS DIOSES
Las excavaciones arqueológicas en el Grupo de la
Cruces, el área ceremonial más importante de la antigua ciudad de Palenque,
revelaron la presencia de numerosos incensarios compuestos que fueron
enterrados, generalmente en los basamentos de los edificios, por los antiguos
palencanos.
Los incensarios fueron elementos imprescindibles en
la vida ceremonial de Palenque. Las ofrendas depositadas en éstos eran
quemadas, como en el caso de los mayas yucatecos, quienes quemaban el
ch’ahalté, una combinación de maíz molido y copal que la combustión
transformaba en sustancias ligeras capaces de llegar al ámbito de las deidades.
Creían los mayas que el humo producto de la combinación de maíz molido, copal y
sangre de los autosacrificios -en algunos incensarios se han encontrado
falanges- llegaba a los dioses y recreaba los elementos con que habían sido
creada la humanidad: con sangre y maíz.
IMAGEN: En la parte superior se ve al dios K’awill emergiendo
de la representación de una mazorca de maíz cortada en sección (a) en alusión
al nacimiento del maíz. Esas representaciones se hacían en copal, que en maya
se llamaba pom (b). El incensario se exhibe en el Museo de Sitio de Palenque,
Chiapas.
Foto: Octavio Moreno
Tomado de Martha Cuevas García, “Los incensarios
del Grupo de las Cruces, Palenque”, Arqueología Mexicana, núm. 45, pp. 54-61.
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