miércoles, 23 de noviembre de 2016

VENERACIÓN A LOS ANCESTROS EN PALENQUE UNA SUSTANCIA LIGERA PARA LOS DIOSES


Las excavaciones arqueológicas en el Grupo de la Cruces, el área ceremonial más importante de la antigua ciudad de Palenque, revelaron la presencia de numerosos incensarios compuestos que fueron enterrados, generalmente en los basamentos de los edificios, por los antiguos palencanos.

Los incensarios fueron elementos imprescindibles en la vida ceremonial de Palenque. Las ofrendas depositadas en éstos eran quemadas, como en el caso de los mayas yucatecos, quienes quemaban el ch’ahalté, una combinación de maíz molido y copal que la combustión transformaba en sustancias ligeras capaces de llegar al ámbito de las deidades. Creían los mayas que el humo producto de la combinación de maíz molido, copal y sangre de los autosacrificios -en algunos incensarios se han encontrado falanges- llegaba a los dioses y recreaba los elementos con que habían sido creada la humanidad: con sangre y maíz. 

IMAGEN: En la parte superior se ve al dios K’awill emergiendo de la representación de una mazorca de maíz cortada en sección (a) en alusión al nacimiento del maíz. Esas representaciones se hacían en copal, que en maya se llamaba pom (b). El incensario se exhibe en el Museo de Sitio de Palenque, Chiapas.

Foto: Octavio Moreno

Tomado de Martha Cuevas García, “Los incensarios del Grupo de las Cruces, Palenque”, Arqueología Mexicana, núm. 45, pp. 54-61.


A LOS ANCESTROS EN PALENQUE UNA SUSTANCIA LIGERA PARA LOS DIOSES

Las excavaciones arqueológicas en el Grupo de la Cruces, el área ceremonial más importante de la antigua ciudad de Palenque, revelaron la presencia de numerosos incensarios compuestos que fueron enterrados, generalmente en los basamentos de los edificios, por los antiguos palencanos.

Los incensarios fueron elementos imprescindibles en la vida ceremonial de Palenque. Las ofrendas depositadas en éstos eran quemadas, como en el caso de los mayas yucatecos, quienes quemaban el ch’ahalté, una combinación de maíz molido y copal que la combustión transformaba en sustancias ligeras capaces de llegar al ámbito de las deidades. Creían los mayas que el humo producto de la combinación de maíz molido, copal y sangre de los autosacrificios -en algunos incensarios se han encontrado falanges- llegaba a los dioses y recreaba los elementos con que habían sido creada la humanidad: con sangre y maíz. 

IMAGEN: En la parte superior se ve al dios K’awill emergiendo de la representación de una mazorca de maíz cortada en sección (a) en alusión al nacimiento del maíz. Esas representaciones se hacían en copal, que en maya se llamaba pom (b). El incensario se exhibe en el Museo de Sitio de Palenque, Chiapas.

Foto: Octavio Moreno

Tomado de Martha Cuevas García, “Los incensarios del Grupo de las Cruces, Palenque”, Arqueología Mexicana, núm. 45, pp. 54-61.

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