Al revolucionario Doroteo Arango, mejor conocido como “Pancho Villa”, sus muchos detractores lo acusaron de cuatrero, persona cruel y sanguinario, alejado de las causas populares, es obvio que tuvo muchos defectos, pero lo que es indudable, fue un excelente estratega militar.
Logró organizar el mas poderoso ejercito de la Revolución: La división del Norte, el cual fue determinante para la caída tanto de Porfirio Díaz, como de Victoriano Huerta, y contrario a las costumbres de la gran mayoría de los revolucionarios, era abstemio, y combatió tanto a las fuerzas Federales, como al alcoholismo, a tal grado que fusilaba a los borrachos que encontraba en su camino, aunque estos fuesen sus propios soldados.
Han pasado a la historia varias frases de él, unas terribles como: “Fusílenlo, después averiguamos”, pero otras memorables como:”A madero lo vi chico de cuerpo, pero grande de alma”.
O las frases: “Los ejércitos son los más grandes apoyos de la tiranía”, o “La igualdad no existe, ni puede existir, es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde”.
Entre las frases mas memorables se encuentran: “Nadie hace bien lo que no sabe; por lo consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuera el plan que se adopte”.
La que yo considero mejor de todas las frases: “Primero pago a un maestro que a un general.” No cabe la menor duda, el siendo iletrado, sabía que la educación era indispensable para un mejor país.
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