POR QUÉ EL COSMOS ESTÁ DIVIDIDO EN TRES NIVELES
a) El mencionado verbo nepanoa aparece en
contextos rituales formando parte del nombre de una prenda litúrgica que consistía en una especie de estola que se cruzaba
sobre el tórax.
b) El concepto aparece representado en los glifos
mayas que Thompson clasifica como 552 y 553-b con el significado de “las bandas
celestes”.
c) Existen menciones en documentos históricos
tempranos de las facultades de percepción astrológica como la capacidad de ver
“los nueve dobleces del cielo”.
d) Hay una interesante figura de niveles formada
por una banda serpentina de recorridos paralelos y esquinas redondeadas.
Cecelia F. Klein la reprodujo, tomándola de la lámina 62 del Códice de Dresde,
y a partir de ella Henry F. Klein dibujó una interesante reconstrucción
hipotética de los niveles del cielo y del inframundo. Este importante diseño no
es exclusivo de la mencionada lámina del Dresde. Aparece repetidamente en
dibujos y esculturas de distintas épocas y culturas mesoamericanas, en algunas
ocasiones indubitablemente relacionado con ascensos y descensos del cielo y del
inframundo, incluyendo los de astros, tiempos y meteoros.
e) Hay referencia, fuera del contexto descriptivo
cosmológico, de los “dobleces del katún”, algo que se ve representado en el
Códice de Dresde (p. 60) con un katún antropomorfo colocado en la cúspide de
una serpiente que tiene la conformación mencionada de deslizamiento en
paralelas de esquinas redondeadas, conjunto que es sostenido por un cargador.
f) También, fuera de contexto descriptivo, al
hablar de la formación gramatical de los numerales, Molina (español-náhuatl, f.
119r) menciona el sufijo -tlamantli que se une a éstos cuando se refieren a
cosas apiladas. El texto dice: “Para contar pláticas, sermones, pares de
çapatos o cacles, papel, platos, escudillas, troxes o cielos: y esto se
entiende, quando está vna cosa sobre otra doblada, o quando vna cosa es diuersa
o diferente de otra: dizen en la manera siguiente, vno o vna. centlamantli…”
Molina incluye “cielos”.
g) Por último, hay numerosas menciones actuales
entre muy diversos pueblos indígenas de los pisos cósmicos. Sería absurdo
pensar que es una concepción cosmológica difundida por los frailes. Es una idea
mucho más viva que aquellas creencias evangélicas que los franciscanos y
dominicos hubieran querido grabar en la conciencia de los neófitos. Sería muy
extraña esta frecuencia actual si la idea derivara de la cosmovisión culta
europea. La idea original de la concepción geométrica del cosmos era fundamental
para los mesoamericanos como base de su explicación del movimiento del mundo.
IMAGEN:
En escenas mixtecas relacionadas con observatorios
y observadores del cielo aparece una extraña figura a la que se da un
tratamiento antropomorfo, poniéndole cabeza de estrella, dos pies humanos, y
una posición recostada a manera de chacmool. El cuerpo se forma con dos bultos
rojos doblados, empalmados. Una lectura lógica y simple sería: “figura
personificada de los dobleces del cielo”. Códice Bodley, láms. 15, 19, 22, 23,
24.
Tomado de Alfredo López Austin, “7. El
tiempo-espacio divino”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 69, pp.
23-38.
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