jueves, 24 de noviembre de 2016

TEOTIHUACAN EN EL CLÁSICO TEMPRANO, I

Clásico Temprano (150/200-600 d. C.)


Esta gran ciudad dominaba la Cuenca de México hacia el año 150 d. C., cuando Cuicuilco, centro fundado con anterioridad en la zona sur de la cuenca, resultó afectado por la lava del volcán Xitle y ya no era un rival de consideración. Ya en 100 a. C., Teotihuacan abarcaba varios kilómetros cuadrados; 50 años más tarde, su extensión era de 20 km cuadrados, aproximadamente, y su población de alrededor de 100 000 personas. Los teotihuacanos construyeron un magnífico centro ceremonial donde se alzaba la gigantesca Pirámide del Sol, junto a la amplia Calzada de los Muertos, así como otros templos y estructuras cívico-ceremoniales que abarcaban varios kilómetros. En el extremo norte de la calzada se encontraba la Pirámide de la Luna, ya de enormes dimensiones, que posteriormente fue agrandada aún más. En una fecha cercana a 200 d. C. se construyeron enormes plazas alrededor de la Ciudadela -estructura de 400 m por lado-, dentro de la cual poco después se levantó el Templo de Quetzalcóatl. Todas estas grandes construcciones cívico-ceremoniales de Teotihuacan habían alcanzado casi la mitad de su tamaño actual antes de 300 d. C.

Posteriormente, la atención se centró en la construcción de más de 2 000 complejos residenciales con gruesos muros exteriores y múltiples subdivisiones internas a manera de habitaciones, donde vivía la gran mayoría de la población. Algunos complejos albergaban aposentos espaciosos cuyos muros estaban decorados con frescos en el distintivo estilo teotihuacano.

Dispersos entre estos complejos había otros bien construidos, aunque menos espaciosos, para moradores menos opulentos. Sin embargo, incluso estos lugares sencillos eran sólidos. y pocas personas vivían en estructuras pequeñas o frágiles, tan comunes en la Cuenca de México en periodos anteriores y posteriores. En los barrios. normalmente se mezclaban residentes de alta y baja jerarquía social. Estos grandes complejos residenciales son una de las características más distintivas de la sociedad teotihuacana, y quizá el Estado intervino en su planeación y construcción.

Los muros exteriores se apegan a la dirección norte-sur y estee-oeste, común en los templos teotihuacanos, pero la distribución interior presenta grandes variaciones.

Tomado de George L. Cowgill, “ Tiempo Mesoamericano V. Clásico Temprano (150/200-600 d. C.)”, Arqueología Mexicana, núm. 47, pp. 20-27.

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