miércoles, 30 de noviembre de 2016

Salvamento Arqueológico en Tlatelolco. La Secretaría de Relaciones Exteriores

Margarita Carballal Staedtler, María Flores Hernández, María del Carmen Lechuga García Los hallazgos durante las investigaciones de Salvamento Arqueológico en la Secretaría de Relaciones Exteriores entre 1990 y 1993 –98 entierros, 1 200 piezas, 17 estructuras– son de una riqueza considerable, no sólo en cuanto a su número y variedad de materiales, sino al estado de conservación de algunos. Entre 1990 y 1993, la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, bajo la coordinación del maestro Francisco González Rul, realizó un proyecto interdisciplinario en la parte central de la zona arqueológica de Tlatelolco. Los trabajos correspondieron al ámbito de la llamada arqueología de salvamento en áreas urbanas, una de cuyas características es aprovechar las obras de infraestructura para excavar áreas cubiertas por edificaciones contemporáneas, aunque con limitantes de tiempo y espacio. Las exploraciones se realizaron durante dos temporadas: 1990-1991 y 1991-1993. La primera, en las obras para la nivelación del edificio conocido como torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y la segunda en la construcción de un anexo de la secretaría, ya que sus necesidades de espacio se incrementaron como consecuencia de la firma y puesta en vigor del Tratado de Libre Comercio. Esto dio origen al “Proyecto de Salvamento Arqueológico sre Torre y sre Nuevo Edificio”. En esas exploraciones se tomaron en cuenta los importantes hallazgos de temporadas anteriores, la información histórica de las fuentes documentales y la que aparece en el Plano de Upsala, que indicaban que la obra de la Secretaría de Relaciones Exteriores afectaría la parte sur del recinto cívico-ceremonial de Tlatelolco, un sector del barrio de Atezcapan y posiblemente parte del afamado mercado de Tlatelolco. La expectativa del potencial de vestigios arqueológicos por registrar era alta, como realmente lo fue. Trabajos en el nuevo edificio En el predio del nuevo edificio, situado en el costado sur del recinto, se localizaron 14 edificios prehispánicos, en su mayoría plataformas de diversas dimensiones, que tuvieron cuando menos dos etapas constructivas. Sus características arquitectónicas y las ofrendas asociadas permitieron suponer que su función era cívico-religiosa. Por ello, se reconsideró la extensión del recinto ceremonial; por lo menos, se puede suponer que era un área anexa al mismo recinto, donde también se encontró un conjunto habitacional y un temazcal. Destaca la Estructura 12, de más de 40 m de largo y orientada de norte a sur, por sus excelentes materiales y acabados de superficie. Su fachada veía al oriente y estaba formada alternadamente por escalinatas y taludes, en cuya base había una rampa que conservaba sedimentos lacustres, lo que permitió establecer que se trataba de un embarcadero. Éste, al parecer, delimitaba el recinto ceremonial por el oriente, lo cual es indicio del carácter lacustre del sitio y la presencia de importantes canales de navegación muy cerca del centro de la ciudad. Por este embarcadero se ascendía a un espacio abierto, una especie de plaza, en donde se distribuían varias estructuras de planta cuadrangular de diversas dimensiones, dos de ellas (núms. 3 y 5) muy grandes, de 12 por 14 m, cuyas fachadas, accesos y altares estaban orientados al poniente; dos de ellas tenían un doble altar, al poniente y al norte. Las estructuras de menores dimensiones (núms. 4, 6, 7, 9, 10 y 11) tenían igual calidad constructiva. Asociadas a estas construcciones, se encontraron numerosas ofrendas, lo que indicó su función cívico-ceremonial. Destaca también la Estructura 2, una plataforma baja de planta compuesta, similar en forma y orientación al Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, con el cual se encuentra alineado, lo que pudiera indicar una relación entre ambos templos. Dos estructuras muestran características asociadas al agua: un depósito de planta triangular con piso inclinado, posiblemente un estanque (núm. 8), y un temazcal o baño de vapor de origen prehispánico (núm. 1). Ésta fue una de las estructuras mejor conservadas y que arrojó mayor cantidad de información, lo cual indica su función e importancia cultural, pues además de su semejanza con un elemento representado en la lám. 77 del Códice Magliabechiano, el temazcal se usó hasta el periodo colonial; en la actualidad se exhibe en la zona arqueológica de Tlatelolco. Sobresalen los objetos elaborados en piedra y madera; uno de ellos un elemento arquitectónico, un clavo, empotrado en el altar de acceso de la subestructura de una de las estructuras mayores (núm. 5), muestra la representación de un rostro con parálisis facial en el lado izquierdo. Entre los objetos de madera hay varios de gran valor estético y simbólico: una máscara, un bastón, dos huictli o coas, una embarcación en miniatura, maquetas de templos y tres “rayos”, objetos planos ondulados con pintura azul. Carballal Staedtler, Margarita, María Flores Hernández, María del Carmen Lechuga García, “Salvamento Arqueológico en Tlatelolco. La Secretaría de Relaciones Exteriores”, Arqueología Mexicana núm. 89, pp. 53-56. • Margarita Carballal. Arqueóloga por la ENAH. Investigadora de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), INAH, donde está a cargo de la Subdirección de Proyectos desde 1996. • María Flores Hernández. Arqueóloga por la enah. Estudia la maestría en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigadora de la DSA. • María del Carmen Lechuga García. Arqueóloga por la ENAH y con estudios de maestría en la misma escuela. Profesora de la DSA.

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