En el ex palacio del Marqués del Apartado,
situado en la esquina de las actuales calles de Argentina (antiguamente llamada del Relox) y de Donceles (nombre que
conserva desde la Colonia), se encuentra una amplia información histórica
relacionada con los diversos usos del terreno en las épocas prehispánica, colonial
y contemporánea.
Según Ignacio Alcocer e Ignacio Marquina, en la
época prehispánica el predio formó parte del recinto ceremonial de
México-Tenochtitlan y según algunos cronistas, en él se encontraba el
Coateocalli o “templo de los diversos dioses”, aunque también se pudo tratar
del templo de la diosa Cihuacóatl. Después de la conquista española. en esa
zona se otorgó un solar a los conquistadores Luis. Francisco y Gonzalo Acevedo
-que se extendía posiblemente hasta la actual calle de Guatemala.
Después de haber tenido varios propietarios, la
Marqués del Apartado fue vendida en 1886 a Manuela Moneada, quien un año
después dividió la construcción y registró una parte con el número 9 1/2
(Registro Público de la Propiedad). A su fallecimiento. en 1900, la adquirió el
supremo gobierno por la cantidad de 220 000 pesos, y se realizaron trabajos de restauración del edificio a cargo del capitán de
ingenieros Porfirio Díaz hijo y R.G.S. Facio, según consta en la placa
conmemorativa colocada en la fachada norte.
En ese tiempo, durante la excavación encomendada al
arqueólogo Leopoldo Batres, se encontraron dos importantes piezas en el patio
central: un ocelote (océlotl-cuauhxicalli) y una serpiente (xiuhcóatl), así
como las escalinatas de un basamento prehispánico. Durante los trabajos de 1985
se encontró una escultura mayor, un águila, cuauhtli-cuauhxicalli, que refuerza
el sentido simbólico de este espacio, en el que se ubicaba un importante templo
del recinto sagrado de Tenochtitlan.
Tomado de Elsa Hernández Pons, “La Casa del Marqués
del Apartado” Arqueología Mexicana, núm. 46, pp. 42-45.
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