Joaquín García-Bárcena
La Lítica es la etapa más
temprana de la historia antigua de México, que estaba poblado entonces por
grupos de cazadores-recolectores nómadas, aunque al final del periodo hubiera
ya algunos grupos sedentarios, para los cuales la agricultura no era aún la
fuente principal de subsistencia.
La Prehistoria, a la que también se
llama Etapa Lítica, se subdivide a su vez en Arqueolítico (30000 o más-9500
a.C.), Cenolítico Inferior (9500-7000 a.C.), Cenolítico Superior (7000-5500
a.C.) y Protoneolítico (5500-2000 a.C.); estos rangos de fechas son aplicables
en lo general a la Cuenca de México, ya que el Protoneolítico, sobre todo, se
inicia más tardíamente en otras regiones o, incluso, no aparece.
Arqueolítico
Son pocos los sitios atribuibles a
esta etapa y son pequeños, lo que nos indica que la población era muy baja en
ese entonces; al parecer estaba formada por grupos pequeños, de carácter
familiar. Para su subsistencia, esos grupos dependían principalmente de la
recolección de plantas, de animales lacustres y de la caza de animales menores,
aunque ocasionalmente aprovechaban aunque no cazaban animales de mayor tamaño,
como un mamut excavado en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, estado de
México, al que se encontraron asociados una lasca de obsidiana y dos de
andesita, y para el que se cuenta con dos fechas de radiocarbono: 21950 ± 660 y
24350 ± 350 a.C.
Los sitios de los que proviene la
mayor parte de la información que tenemos sobre el Arqueolítico son varios de
los 18 que se excavaron en las faldas y la base del Cerro de Tlapacoya, estado
de México, que entonces era, a veces, una península y otras una isla del Lago
de Chalco, hoy desaparecido.
En Tlapacoya I Alfa se encontraron
los restos de tres hogares para los que se cuenta con las fechas de
radiocarbono de 22000 ± 4000 a.C. y 19700 ± 500 a.C.; junto a ellos se encontró
gran cantidad de huesos de animales, parte de ellos extintos. El sitio se
encontraba en lo que entonces era una playa del lago, en la cual se encontraron
gran número de artefactos hechos con andesita local, toscos y poco
estandarizados, sobre todo lascas y navajas de sección triangular, y tres
desechos de talla de obsidiana, material ajeno al lugar.
En Tlapacoya I Beta se encontró un
raspador discoidal sobre lasca, de cuarzo, y en Tlapacoya II apareció una
navaja prismática de obsidiana, a la que corresponde una fecha de radiocarbono
de 21950 ± 950 a.C. En Tlapacoya VIII se obtuvieron también materiales de
antigüedad semejante.
Cenolítico Inferior
Es una etapa de grandes cambios, ya
que coincide con la transición del Pleistoceno Superior al Holoceno, durante la
cual muchos de los grandes animales, como los mamutes, caballos y camellos se
extinguen. Se presenta una mejoría climática, resultado del final de la última
glaciación, y una redistribución de la vegetación, como consecuencia de esta
mejoría, que al final de la etapa se asemeja ya a la actual.
Hay también un cambio tecnológico
importante en la manufactura de artefactos de piedra, pues a la percusión, que
se utilizaba antes de manera exclusiva, se añade la presión, lo que permite un
mayor control en la hechura de las herramientas, y la diversificación de éstas,
para cumplir con funciones más especializadas, entre las que destacan las puntas
de proyectil. En México se conocen por esa época dos tradiciones: una de
distribución occidental, con puntas de proyectil acanaladas, y otra oriental,
con puntas en forma de hoja, con lo que a las fuentes de subsistencia empleadas
antes se agrega la caza mayor. La organización social, aparentemente, seguía
estando basada en grupos de carácter familiar, pero varios de ellos se unían
para la caza mayor.
García-Bárcena, Joaquín, “La Cuenca
de México. Etapa lítica (30000-2000 a.C.). Los primeros pobladores”, Arqueología Mexicana, núm.
86, pp. 30-33.
• Joaquín
García-Bárcena. Fue arqueólogo e ingeniero químico. Miembro fundador del Comité
Científico-Editorial de esta revista.
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