8 de agosto, 1879.
Nació en San
Miguel Anenecuilco, distrito de Villa de Ayala, Morelos, el 8 de agosto de
1879. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofás Salazar, formó parte de una típica
familia campesina. Su infancia se desarrolló a la par del latifundismo
porfirista en Morelos. Realizó los primeros estudios con el profesor Emilio
Vara. Pronto trabajó como labrador y arriero. En 1906 asistió a una junta de
campesinos en Cuatla, para discutir la forma d defender frente a los hacendados
vecinos las tierras del pueblo.
Su rebeldía lo
condenó a la leva: en 1908 quedó incorporado al 9o. Regimiento de caballería en
Cuernavaca; fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, jefe del Estado
Mayor de Porfirio Díaz, mas tarde se le asignó con el mismo puesto a Ignacio de
la Torre, yerno de Díaz, quien le tomó afecto por su destreza con los caballos.
En septiembre de 1909 fue electo presidente de la junta de defensa de las
tierras de Anenecuilco; estudió los documentos que acreditaban los derechos de
los pueblos a sus tierras y empezó a perfilarse como líder de los campesinos en
Morelos.
En mayo 1910
recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala y meses después al
comentar con su gente el Plan de San Luis, redactado por Francisco Madero, se
entrevisto con él, llegando al acuerdo de levantarse en armas, lo que hizo el
11 de marzo 1911, y alcanzando poco tiempo después el puesto de líder del
maderismo en el estado de Morelos.
A la caída de
Porfirio Díaz con los Tratados de Ciudad Juárez, Zapata se negó a desarmar a
sus tropas sin que antes se realizara el reparto de las haciendas del estado.
Esto dio lugar a que el Presidente Interino Francisco León de la Barra lo
considerara bandido y rebelde, persiguiéndolo.
En el mes de
agosto de 1911, Francisco Madero se entrevistó con Zapata en Yautepec, con el
fin de convencerlo de que licenciara sus tropas, pero no se logró ningún
acuerdo, pues Madero no podía cumplir el reparto agrario que le exigía a cambio
Zapata. Una nueva reunión entre estos dos personajes se llevaría acabo ya
siendo presidente Madero de la República, sin llegar nuevamente a ningún
acuerdo. Los ataques al movimiento suriano siguieron sin descanso durante todo
este tiempo.
El 25 de noviembre
de 1911, Emiliano lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio Montaño,
llegando a ser un fiel reflejo de la ideología del campesino. En él, se exigía
la redención de la raza indígena y la repartición de los latifundios, se
desconocía a Madero como presidente y se reconocía a Pascual Orozco como jefe
de la revolución, además, postulaba que la lucha armada era el único medio de
obtener justicia.
A la muerte de
Madero y con Huerta en el poder, se envía de parte del gobierno usurpador una
comitiva encabezada ni mas ni menos que por el padre de Pascual Orozco para
llegar a un acuerdo de paz con Zapata, cosa que tampoco pudo lograrse, mandando
a fusilar al emisario de paz y enviando de regreso una carta donde repudiaba el
gobierno de Huerta. Para mayo de 1912 se reformó el Plan de Ayala, llamando
indigno de la presidencia a Huerta y retirándole el cargo de Jefe de la
Revolución a Pascual Orozco. Zapata quedó entonces como jefe del Ejercito
Libertador. Sin embargo, es preciso decir que esto implicaba no reconocer el
Plan de Guadalupe.
En los primeros
meses de 1914, Emiliano tomó Jonacatepec y Chilpancingo, por lo que para abril
ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de
Guerrero. Poco después conquisto Cuernavaca, y para junio ocupo Cuajimalpa,
Xochimilco y Milpa Alta, amagando con tomar la Ciudad de México; sin embargo,
las fuerzas constitucionalistas le cerraron el paso al ocupar la ciudad.
Invitado por
varios delegados a la Convención de Aguascalientes, envió una comisión
integrada por Antonio Díaz Soto y Gama, Leobardo Galván, Paulino Martínez,
Manuel J. Santibáñez y Manuel Uriarte, los que quedaron en calidad de
observadores hasta que la convención desconoció a Carranza como primer jefe. Se
alió con Francisco Villa y reconoció a Eulalio Gutiérrez como presidente
provisional.
El 4 de diciembre
de 1914 Villa y Zapata tuvieron una celebre entrevista en Xochimilco,
lográndose una alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó el Plan de
Ayala a excepción de sus acusaciones contra Madero y dar armas a Zapata, a
cambio, los zapatistas deben cortar las lineas de suministro procedentes de
Veracruz del ejército constitucionalistas. El 6 de diciembre de 1914, la
poderosa División del Norte y el Ejercito Libertador del Sur entraron a la
ciudad de México. logrando así el movimiento zapatista fama nacional.
Emiliano partió
rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de diciembre, aunque en los primeros días
de enero de 1915 la plaza fue arrebatada por las fuerzas de Obregón, quien
dedicaría sus mayores esfuerzos para combatir a los villistas, dando lugar a
que durante 1915 el estado de Morelos fuera gobernado por sus campesinos
levantados en armas, asesorados por sus intelectuales.
En 1916, una vez
que Carranza se había instalado en la Ciudad de México y Villa había sufrido
serias derrotas por parte del ejército de Obregón, Carranza dispuso la ofensiva
contra el zapatismo con apoyo incluso de la aviación, logrando tomar Cuernavaca
definitivamente el 8 de diciembre, seguido a ésto, casi todas las poblaciones
del estado quedaron en manos de los constitucionalistas.
En 1917 Zapata
reconquistó Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlan, Tetecala y Cuernavaca.
En marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió las escuelas,
creó asociaciones para reiniciar la producción y continuó con la guerrilla en
las zonas periféricas y de frontera.
Para 1918 Zapata
era un guerrillero con poco futuro, pues su movimiento, indudable manifestación
del descontento campesino, no llegó a consolidar una real organización
político-militar. Siendo una rebelión de las masas campesinas, se limitó a
realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918. La guerra por parte del
gobierno tomo perfiles despiadados. El gonzalista Jesús Guajardo se fingió
resentido con el carrancismo y dispuesto a unirse al movimiento suriano, Zapata
pidió pruebas, Guajardo se las dio. Se citaron en Chinameca el 10 de abril de
1919, y Zapata murió presa de una emboscada.
Esto dio lugar a
que una vez muerto Emiliano, se convirtiera en Apóstol de la revolución y
símbolo de los campesinos desposeídos. El movimiento continuó aunque en franco
declive, y los zapatistas acordaron nombrar a Gildardo Magaña como jefe del
Ejército Libertador del Sur. Casi un año después se integraron al movimiento
aguaprietista.
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