El sistema
de chinampas de
la gran México-Tenochtitlán fue uno de los aspectos
que más asombró a los españoles cuando llegaron a este lugar. Tenochtitlán, una ciudad fundada en un lago, que
además había adecuado sus aguas como sistema de cultivo (las chinampas eran balsas rellenas de tierra y
cultivadas) y como medio de transporte. El dinamismo de esta fascinante urbe
era encomiable, una muestra de la grandeza del imperio mexica, su culminación estética y
estratégica.
Hoy, bajo
los cimientos de la Ciudad de México aún
yacen vestigios de las chinampas y canales que la poblaron. El INAH ha comenzado una excavación exhaustiva que prueba lo
anterior. En la colonia Tránsito arqueólogos han registrado unas
treinta chinampas donde se asentaba Ateponazco. Este predio llamado Lorenzo Boturini albergó durante treinta años la
refresquera Cooperativa Pascual.
Las
chinampas encontradas fueron construidas por la gente de Ateponazco, que
en lengua náhuatl significa
“donde el agua hierve o suena”, del gran barrio de Teopan “. Era un lugar fangoso rodeado de
agua que fue transformado por los habitantes de la cuenca de México para, del
ceno que yacía en el fondo del lago, construir estas parcelas donde cultivarían
su alimento y asentarían sus viviendas.”
La longitud de las chinampas es de entre 26 y 36 metros,
con una altura de 70 centímetros y de ancho con entre dos y ocho metros.
Debieron
estar destinadas al cultivo de autosustento: de maíz, calabaza, chile,
chayotes, chilacayotes, plantas de ornato, etcétera. Debido a que las aguas en
esta parte de la cuenca de México son someras, se extrajo turba (formada de
residuos vegetales) del fondo del lago para preparar el cimiento de la chinampa
y sobre ella depositaban otros materiales vegetales de desecho. Las parcelas
las cercaban con piedras y se plantaban estacas de ahuejote que también
ayudaban a contener dichas piedras y el núcleo de las chinampas”. (…) Las
chinampas constituyeron un agroecosistema, pero también cumplieron una función
de urbanización, en este caso sirvieron para extender la ciudad de
México-Tenochtitlan, y ganarle terreno al lago. Las chinampas
constituyeron un agroecosistema, pero también cumplieron una función de
urbanización, en este caso sirvieron para extender la ciudad de
México-Tenochtitlan, y ganarle terreno al lago. Declaró Raúl Barrera Rodríguez coordinador de este trabajo
arqueológico.
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