Una
ciudad de las dimensiones y complejidad de Teotihuacan debió tener una
planeación cuidadosa, que incluyó no sólo razones prácticas y de organización
del espacio, sino también la concepción del mundo que regía la vida de sus
habitantes. Como otras ciudades mesoamericanas, en el trazo de Teotihuacan se
buscaba reflejar el arreglo del cosmos y para ello resultó esencial la
disposición de sus construcciones a lo largo de dos ejes transversales, el
principal de los cuales es el que los mexicas llamaron Calle de los Muertos,
por creer que los numerosos montículos situados a su vera eran tumbas. En
realidad se trata de un grandioso conjunto de construcciones de diferentes
tipos, en las que lo mismo habitaban los miembros de la clase dirigente, que
albergaban actividades civiles y administrativas y eran teatro de una vida
ritual que seguramente impresionaba a propios y extraños. La Calle de los
Muertos mide alrededor de 5 km, si bien el área que ahora se visita tiene cerca
de 2 km, a lo largo de la cual se encuentran 80 basamentos de distintos tipos y
tamaños.
Tomado
de Arqueología Mexicana,
Especial 28, Teotihuacan,
guía visual.
De
allí vimos las tres calzadas que entran a México, que es la de Iztapalapa, que
fue por la que entramos cuatro días había, y la de Tacuba, que fue por donde
después salimos huyendo la noche de nuestro gran desbarate(…) y la de
Tepeaquilla. Y veíamos el agua dulce que venía de Chapultepec (….) Y en
aquellas tres calzadas, las puentes que tenía hechas de trecho a trecho, por
donde entraba y salía el agua de la laguna de una parte a otra; y veíamos en
aquella gran laguna tanta multitud de canoas, unas que venían con bastimentos y
otras que volvían con cargas y mercaderías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario