Esta ciudad toma
su nombre del señor zapoteca Zaachila I, quien gobernó la región a finales
del siglo XIV y principios del XV, está considerada como la última capital
zapoteca. Por las exploraciones realizadas en la zona se puede deducir que el
sitio tuvo un pleno desarrollo hacia 1100 d.c. Sin embargo la construcción de
las tumbas data de los años 400 a 650 d.c. En estas tumbas fueron encontradas
una gran cantidad de tesoros.
De los conjuntos
arquitectónicos más importantes, destaca el Palacio, donde se ubican las Tumbas
1 y 2. El Palacio debió ser la casa del gobernador 9 Flor, por ser el recinto donde
fue sepultado.
La Tumba 1 es la más grande, en su interior fue enterrado el señor 9 Flor junto con un joven a manera de acompañanete. En la puerta de la tumba fueron sacrificados ocho individuos que se presume fueron sirvientes. La Tumba 2 es más sencilla y de menor dimensión, en ella fueron sepultados siete individuos en la cámara y cinco en la puerta. Al parecer uno era más importante por la riqueza de la ofrenda. En el vestíbulo de la Tumba 1, aparecen figuras de búhos o lechuzas, además de dos figuras centrales que representan a Mictlantecuhtli, dios de la Muerte. La imagen más importante la constituye el Señor Flor 9, ubicado en las partes laterales de la Tumba.
Desde siempre los
seres humanos queremos guardar lo que es caro a nuestro espíritu. Lo que
transciende más allá de nosotros, lo que siendo un bien material perdura más
allá de nuestra vida, es un sentir de la humanidad, todo y nosotros no
escapamos a ella. Hay sin embargo bienes y bellezas que no a conocido nuestro
tiempo y que ni fueron forjadas por nuestras manos pero son un legado de
nuestros antepasados y es quizá por ello que debemos cuidar y proteger el
tesoro de estas.
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