La vida privada de don Benito también fue objeto del mito broncíneo. Se dice que se casó con la hija de su antiguo patrón, una muchacha de raza blanca. Pero no, la verdad es que doña Margarita era hija “adoptiva” de Antonio Maza. No era su hija legítima ni natural, sino que era “expósita”, como lo aclara su fe de bautismo.
Es de comprenderse que Don Antonio, de ascendencia italiana, vería con desasosiego que su hija se casara con un hombre pobre, indígena puro, eso sí abogado y que “era muy bueno” en palabras de Margarita, pero quien le llevaba veinte años (Margarita 17 años y Juárez 37) y era, además, viudo y con dos hijos, y la hija con síndrome de Dowmn. En cambio, como Margaria no era su hija, aceptó de buen grado el matrimonio, el cual fue muy feliz en términos amorosos.
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