miércoles, 16 de noviembre de 2016

La migración de los purépecha hacia el norte y su regreso a los lagos

 

Grégory Pereira, Dominique Michelet y Gérald Migeon
Según una tradición, aztecas y michoaques formaban inicialmente un mismo grupo, originario de Aztlan (o Chicomóztoc), y habrían hablado un mismo idioma. Su separación habría ocurrido en Pátzcuaro, donde algunos (los futuros mexicas), habrían decidido continuar su ruta en busca de la tierra prometida, mientras que los michoaques se quedaron bañándose en el lago.
Como varios autores lo han señalado, muchos de los pueblos que dominaban tal o cual parte de Mesoamérica en los años inmediatamente anteriores a la conquista, se presentaban a sí mismos como inmigrantes o nómadas recién llegados a las comarcas donde se habían establecido y a partir de las cuales habían desarrollado su poder. Tal es evidentemente el caso de los mexica-tenochcas. Los tarascos, por su lado, no se diferenciaban mucho en ese aspecto de sus vecinos y enemigos con los que, sin embargo, no querían ser confundidos, a pesar de la existencia, en el Centro de México, de una tradición mítico-histórica que asociaba a nahuas y purépecha en una misma migración. De hecho, según esa tradición, transmitida por fray Diego Durán (1581), entre otros, aztecas y michoaques formaban inicialmente un mismo grupo, originario de Aztlan (o Chicomóztoc), y habrían hablado un mismo idioma. Su separación habría ocurrido en Pátzcuaro, donde algunos (los futuros mexicas), siguiendo la orden de Huitzilopochtli, habrían decidido continuar su ruta en busca de la tierra prometida, mientras que otros se quedaron bañándose en el lago y se encontraron desnudos al salir del agua, ya que los primeros les habían robado su ropa para evitar que los siguiesen. El relato agrega –bajo, esta vez, la pluma de Juan de Tovar (1587)– que los que se quedaron en la cuenca, o michoaques, resolvieron cambiar su manera de vestirse y su lenguaje, de modo que se distinguieran de aquellos que los habían engañado. Por supuesto, esta narración tiene muy poco fundamento, en particular en el plano lingüístico. Como bien es sabido, los idiomas nahua y purépecha pertenecen a familias de lenguas totalmente separadas, y, hoy día, la mayoría de especialistas ve al purépecha como un idioma completamente aislado en Mesoamérica, suponiendo sólo algunos de ellos que quizás estuviese relacionado, en un pasado lejano, con idiomas de América del sur (de los Andes centrales y costa vecina). Ahora bien, constatar el aislamiento del purépecha en el mapa lingüístico mesoamericano del siglo XVI no implica que se deba considerar a los tarascos como un pueblo que habría llegado al área tardíamente y desde parajes muy alejados. 
La Relación de Michoacán (1541), por su parte, cuenta que la formación del reino prehispánico purépecha fue la hazaña de un grupo de inmigrantes, los uacúsechas (“águilas”), calificados también en el mismo texto de “chichimecas”, es decir “norteños”, que habrían entrado a la zona por el sector de Zacapu. Según la misma fuente, ellos habrían sometido en pocas generaciones todo lo que es en la actualidad el estado de Michoacán.
Pereira, Grégory, Dominique Michelet, Gérald Migeon, “La migración de los purépecha hacia el norte y su regreso a los lagos”, Arqueología Mexicana núm. 123, pp. 55-60.
• Grégory Pereira. Doctor en arqueología por la Universidad de París 1. Investigador del Centre Nacional de la Recherche Scientifique en el laboratorio “Archéologie des Amériques” (CNRS, Universidad de París 1). Coordinador del proyecto arqueológico Uacúsecha, patrocinado por el Ministère des Affaires Etrangères de Francia, el CNRS y el CEMCA.
• Dominique Michelet. Doctor en arqueología por la Universidad de París 1. Director de investigación del Centre Nacional de la Recherche Scientifique en el labora-torio “Archéologie des Amériques” (CNRS, Universidad de París 1). Iniciador de las investigaciones arqueológicas en Michoacán por parte del CEMCA.
• Gérald Migeon. Doctor en arqueología por la Universidad de París 1. Curador en el Ministère de la Culture, Service Régional de l’Archéologie de Guyane. Investi-gador del laboratorio “Archéologie des Amériques” (CNRS, Universidad de París 1). Especialista en arqueología de Michoacán y Guanajuato.

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