LA DIFERENCIA ENTRE EL CLÁSICO Y EL EPICLÁSICO
Clásico Tardío (600-900 d.C.)
Monte Albán cuenta con más de tres kilómetros de
murallas, y 300 de sus primeros monumentos de
piedra muestran a enemigos inmolados (y a veces mutilados). La formación de los
primeros estados mayas inició con la captura de señores y la conquista de poblados
entre 200 y 300 d. C. Excavaciones recientes en Teotihuacan han revelado la
existencia de más de 200 individuos con atuendo militar, que fueron
sacrificados bajo el Templo de Quetzalcóatl y la Pirámide de la Luna. Estos
estados del periodo Clásico no eran teocracias, regidas por sacerdotes; más
bien, se trataba de estados gobernados por dirigentes que utilizaban el poder
militar, que usaban la escritura y la iconografía para legitimar su autoridad,
y que sabían cómo impresionar a sus súbditos mediante la construcción de
edificios cívicos y religiosos. De 650 a 900 d. c., los señores de muchas
ciudades mesoamericanas empezaron por primera vez a ordenar la elaboración de
esculturas que mostraban a los vencedores tomando cautivos en guerras y en las
que se registraban jeroglíficos con el nombre de los vencedores y los
prisioneros. Entonces, ¿cuál fue la diferencia entre el Clásico y el
Epiclásico? Básicamente, que los estados de la primera generación eran pocos,
territorialmente extensos, más poderosos que la mayoría de sus vecinos y tenían
por capital gigantescas ciudades como Teotihuacan, Monte Albán, Calakmul y
Tikal. Cuando esas primeras capitales decayeron, su lugar fue ocupado por los
estados de la segunda generación, que eran más numerosos aunque menos extensos
territorialmente, tenían por vecinos a estados tan poderosos como ellos,
contaban con capitales más pequeñas, como Xochicalco, Cacaxtla y Tajín -que
utilizaron la escritura por primera vez-, y que se preocupaban más por
defenderse que la mayoría de las de la primera generación. A diferencia de los
estados de esa primera generación, suficientemente poderosos como para mantener
la paz en territorios muy extensos, de 25 000 a 50 000 km cuadrados, los de la
segunda luchaban con frecuencia entre sí o formaban alianzas políticas y
militares efímeras.
Tomado de Joyce Marcus, “Tiempo Mesoamericano VI.
Clásico Tardío (600-900 d.C.)”, Arqueología Mexicana, núm. 48, pp. 20-29.
No hay comentarios:
Publicar un comentario