miércoles, 23 de noviembre de 2016

CÓMO SE RESCATÓ A XIUTECUHTLI, DIOS MEXICA DEL FUEGO


El 3 de enero de 1994, dentro de los trabajos de rescate arqueológico que realizaba el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el predio de avenida Cinco de mayo núm. 18, Centro Histórico de la Ciudad de México, se localizó, a cinco metros de profundidad y bajo un contexto colonial que surtía el agua de la acequia de San Francisco, una escultura azteca que representa al dios del fuego, Xiuhtecuhtli.
Se había solicitado un rescate arqueológico en el predio de la avenida Cinco de mayo que colindaba con el Proyecto de Restauración y Excavación del ex Convento Hospitalario de Betlemitas, ya que en el siglo XVIII había sido parte de éste. A pesar de las modificaciones sufridas desde esa época, resultaba oportuno llevar un meticuloso registro, ya que, cercano a ese predio, se habían localizado piezas aztecas importantes -basta consultar el estudio de Mateos Higuera (1979) al respecto. En septiembre de 1993 comenzaron los trabajos arqueológicos, paralelamente a las obras de infraestructura para desplantar un edificio con dos sótanos de estacionamiento y cuatro niveles de altura, que serviría para oficinas del Banco de México. Los descubrimientos iniciales del lugar remitían a datos aislados sobre su ocupación en el siglo XIX, ya que encontramos parte de la arquitectura de lo que fue el Teatro Principal- luego Teatro de Santa Anna-, demolido en 1881 para dar paso a la avenida Cinco de mayo.
Hacia el colindante norte del terreno, que perteneció al ex Convento de Betlemitas, se localizó una palizada; una barda de postes de madera perfectamente ensamblados y conservados, que formaba parte de la compuerta que controlaba el suministro de agua hacia Betlemitas -desde la acequia de San Francisco- por dotación colonial de aguas.
Justo bajo este punto, y aprovechando el cansado ritmo de salvamento de la arqueología del predio, los constructores trabajaron con maquinaria pesada sin dar aviso a la supervisión del INAH; a causa de esto, sucedió el hallazgo casual e inesperado de una gran pieza verde de jadeíta labrada, dentro de la “mano de chango”. La presencia oficial del INAH en dichas obras permitió que el hallazgo fuera oportunamente conocido y trabajado por los arqueólogos; más tarde, la pieza fue trasladada a Betlemitas, donde se realizó el registro y descripción de su contenido iconográfico en detalle, a cargo de Marta Muñoz, así como un primer dibujo por Rocío Arrellín.

IMAGEN: Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli. Se exhibe en el Museo del Templo Mayor. Ciudad de México.
Fotos: Marco Antonio Pacheco / Raíces

Tomado de Elsa Hernández Pons, “Xiuhtecuhtli, deidad mexica del fuego”, Arqueología Mexicana, núm. 20, pp. 68-70

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