viernes, 28 de octubre de 2016

MITOS DE LA HISTORIA DE MÉXICO: de Hidalgo a Zedillo de Alejandro Rosas

En el libro Mitos de la historia de México: de Hidalgo a Zedillo de Alejandro Rosas, el autor invita a los lectores a descubrir parte de nuestro pasado. En la obra deja a un lado las verdades a medias de los héroes nacionales: personajes señalados como perfectos que combatían por causas justas. Las fuentes de este artículo aparte del libro mencionado son: La Revista Proceso, Revista Imágenes de la UNAM, Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el libro 100 mitos de la historia de México de Francisco Martín Moreno.

Que Miguel Hidalgo es el Padre de la Patria y gracias a Hidalgo somos Independientes

El cura que dio el grito de Dolores, tiene un pasado no tan fidedigno en los libros de texto de la SEP. En realidad, el sacerdote tenía amantes, por lo menos cinco hijos y, según la CNN, cometió crímenes atroces. Disfrutaba matar a sus enemigos. En realidad, nunca quiso la Independencia y dejaba que los insurgentes mataran y saquearan los poblados. Era un hombre al que le encantaban las fiestas. Tenía grandes riquezas de las que poco a poco lo despojaba la corona española. La verdadera frase que pronunció el cura Hidalgo al inicio; del movimiento de Independencia fue: "¡VIVA LA RELIGIÓN, VIVA NUESTRA MADRE SANTÍSIMA DE GUADALUPE, VIVA FERNÁNDO VII, VIVA LA AMÉRICA Y MUERA EL MAL GOBIERNO!" Ni una palabra más, ni una palabra menos. Según el escritor Eugenio Aguirre, el título de Padre de la patria le corresponde a José María Morelos, a quien le debemos la mayoría de las victorias, otro sacerdote y aprendiz de Hidalgo que en el ámbito militar terminó superando al maestro.

El pípila el heroe al que se le debe la toma de la Alhóndiga de Granaditas

Un minero llamado Juan Martínez participó en la toma de la Alhóndiga de Granaditas y con una enorme piedra en la espalda para cubrirse de las balas llegó a la puerta, y le predió fuego. Sin embargo, nunca se ha comprobado su existencia, no existen fuentes fidedignas que hablen que en realidad existió el pípila. Es un mito fundacional que revela mucho del imaginario colectivo del mexicano. El investigador Carlos García asegura que es un mito completamente infundado pero que produce un sentimiento de identidad nacional del nuevo país, que simboliza a la valentía y el arrojo.

Antonio López de Santa Anna el traidor que "vendió" más de la mitad del territorio a Estados Unidos

Santa Anna no vendió la mitad del país, durante sus gobiernos perdió territorios en diferentes momentos y por diversas razones: 1. Texas: Se independizó de México en 1836 y luego se unió a Estados Unidos. Cantidad de dinero recibido: 0.00 (sí, cero). 2. California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma: Se perdió en el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1847, firmado por Manuel de la Peña y Peña. Cantidad de dinero recibido: 15 millones de dólares (como indemnización por la guerra). 3. La Mesilla: Este territorio sí lo vendió Santa Anna, pero porque no le quedó de otra: Estados Unidos negoció como Vito Corleone (con una oferta que no podía rechazar): “o vendes o te invado”. Cantidad de dinero prometido: 10 millones pesos. Cantidad de dinero recibido: 6 millones pesos. Le decían el “quince uñas” por su desmedido gusto por el dinero. Fue ejemplo del chaquetero político: de monárquico a republicano, federalista, centralista, dictador y lo mismo pero de regreso. Ganó y perdió importantes batallas; malvendió territorio mexicano... Pero tenía un gran carisma y el ejército lo respetaba. Las veces que ocupó la presidencia fueron con el consentimiento de sus compatriotas que lo mismo lo adoraban que lo crucificaban.

Los niños héroes nos defendieron en la invasión de los Estados Unidos dando su vida por esta nación.

Sobre los niños héroes existen una serie de leyendas y mitos que los etiquetan como aquellos que defendieron la patria y el territorio a toda costa. Sin embargo, existen elementos para creer que existieron los niños cadetes militares, pero que estos niños HEROES nunca existieron, que en realidad para apaciguar los ánimos y resaltar los valores de México, el gobierno decidió crearlos. El tema está así: en 1947 viene a México Harry Truman, presidente de Estados Unidos, deja una corona de flores en el Obelisco de los niños héroes y dice que olvidemos el pasado y seamos amigos, cosa que a muchos mexicanos les ardió bastante. Bueno, pues resulta que dos semanas después, justo en ese momento en que hacía falta reafirmar la identidad nacional, aparecieron, como por arte de magia, seis restos óseos enterrados en el Bosque de Chapultepec. De buenas a primeras, el presidente Miguel Alemán Valdés decretó que eran los restos de los niños héroes. Ningún investigador tuvo chance de revisar los huesos. Y si bien seis de ellos murieron el 13 de septiembre de 1847 y se llevan todos los honores como los "Niños Héroes", en realidad más de 50 cadetes también participaron en la defensa contra el ejército norteamericano.

Juan Escutia el "Niño Héroe" aventado que se lanzó envuelto con la bandera desde los más alto del Castillo de Chapultepec

El mito de que Juan Escutia se lanzó con la bandera entre sus brazos es completamente infundado: ni le dieron un balazo ni cayó con la bandera. No hay ningún registro de que algún joven cayera con el lábaro patrio. A Juan Escutia no le dieron un balazo, ni tomó la bandera para evitar caer, ni se tropezó con ella, ni lo empujaron, etc. No hay ningún registro que alguno de los jóvenes cadetes cayera del castillo, al menos no con una bandera. Nadie sabe cómo surgió el mito de Juan Escutia, sólo Manuel Raz Guzmán narró en forma poética cómo, supuestamente, murió Agustín Melgar (no Juan Escutia): “pero tú, Melgar … rodeado de enemigos les disparas tu arma, y no teniendo esperanza, antes que rendirte te envuelves en el pabellón nacional y presentas tu pecho juvenil a las balas del invasor”. Sin embargo, sí hubo un mexicano que se envolvió con la bandera: Margarito Zuazo, pero no se suicidó, sino que herido, regresó a su casa y entregó la bandera rescatada, muriendo unos días después por sus heridas. Incluso hay otras versiones donde en realidad nadie se lanzó envuelto con la bandera, que los Estadounidenses al ganar la batalla tomaron la bandera y la devolvieron con la firma de los acuerdos de Paz a México.

Maximiliano de Hasburgo el Emperador extranjero que impusieron unos cuantos y vino a reprimirnos con ideales ortodoxos

Promovió la tolerancia de los cultos, la nacionalización de los bienes del clero y uno de sus proyectos más grandes: la publicación de leyes en náhuatl y devolverle sus tierras a los indígenas. Según el historiador Juménez Codinach, antes de llegar a México, Maximiliano aseguró: “Sólo conservaré [el poder] el tiempo preciso para crear en México un orden regular y para establecer instituciones sabiamente liberales”. El problema que tuvo Maximiliano al llegar a México se debió al poco conocimiento que tenía del idioma español y el poco conocimiento que los indígenas y campesinos tenían sobre las letras, por lo que su comunicación se hizo muy complicada. Para facilitarla, se nombró a Faustino Galicia Chimalpopoca su interlocutor con las naciones indígenas. Según Francisco Bulnes, en realidad, el imperio “fue la verdadera gloria, la verdadera patria, la verdadera doctrina política”. Maximiliano no resultó el gobernante esperado porque tuvo que gobernar por las leyes liberales de Juárez.

Benito Juárez el indígena orgulloso de sus raíces que llegó a ser Presidente, el Benemérito de las Américas. El mejor Presidente de la Historia según la SEP.

Bajo la idea de un indígena que vivía en la sierra y caminaba kilómetros para llegar a la primaria, Juárez se ha coronado como uno de los más grandes ejemplos a seguir; sin embargo, la historia real es otra. De origen humilde, la Iglesia le dio educación y le ayudó a convertirse en uno de los abogados más prominentes de Oaxaca. Sin embargo, debido a la influencia de los maestros masones del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, poco después adoptó una postura totalmente cruel hacia ella. Jamás estuvo orgulloso de su origen indígena. Sus propuestas de igualdad para los mexicanos no incluían a los indígenas porque ellos no eran mexicanos según el gobierno. Su presidencia se dio gracias a fraudes electorales, nunca fue elegido por el pueblo y asesinó a sus enemigos impunemente. Autorizó una serie de tratados que eliminaban la soberanía del país en beneficio de Estados Unidos; Justo Sierra los declaró un “crimen político”: los militares estadounidenses podían acceder al país y matar, arrestar o poseer tierras sin ningún castigo, según el tratado de McLane Ocampo. Además, Juárez mandó a Lerdo de Tejada para que los estadounidenses invadieran México, impusieran su idioma y se prohibiera el catolicismo, hubiera una inmigración masiva y los militares enseñaran al ejército mexicano bajo el protectorado de los estadounidenses, sin embargo, el proceso se pospuso porque James Buchanan quería ser el dueño del territorio; no tener a México. Las leyes de Reforma, en realidad, fueron dadas por Valentín Gómez Farías en septiembre de 1835, en las que se subordinó completamente al poder eclesiástico, lo despojó de sus bienes y libertades. La separación de la Iglesia y del Estado fue hecha por Ignacio Comonfort y Lerdo de Tejada.

Porfirio Díaz el Dictador Mexicano que duró más de 30 años en el poder y que necesitó una Revolución para sacarlo del país

Porfirio Díaz impulsó el progreso material, el orden social y la estabilidad política con la creación de avances en la construcción del Estado y la nación. Fue sólo a partir de 1907 cuando Díaz, ya viejo, comenzó a tomar decisiones equivocadas. Sin embargo, durante 30 años llegó durante su mandato la paz al país, concilió a los partidos y su relación con la Iglesia fue sólida. México hizo adelantos en economía, hubo inversión extranjera en la minería y la industria. Los bancos y las compañías de seguros abrieron, y, a través del ferrocarril, las regiones aisladas del país se comunicaron. Díaz declaró: “México pasó de la anarquía a la paz, de la miseria a la riqueza, del desprestigio al crédito y del aislamiento internacional al reconocimiento universal”.

La Revolución Mexicana como el movimiento donde el pueblo mexicano unido se levantó en armas contra Porfirio Díaz y contra Victoriano Huerta.


Siempre se dijo que el pueblo mexicano “como un solo hombre” se levantó en armas contra Porfirio Díaz y contra Victoriano Huerta; Esta afirmación es falsa. La Revolución mexicana fue la suma de distintas rebeliones. Y el periodo más violento fue cuando los revolucionarios se enfrentaron entre sí. Los supuestos héroes que se decía lucharon juntos y unidos, terminaron asesinándose unos a otros. Durante la Revolución Mexicana hubo más traiciones que en Game of Thrones. Huerta le dio muerte a Madero, Venustiano Carranza se la dio a Emiliano Zapata y Felipe Ángeles. Carranza y Francisco Villa murieron por órdenes de Álvaro Obregón. Obregón murió asesinado después de ser reelegido como presidente, por órdenes de Plutarco Elías Calles, quien también provocó el exilio de José Vasconcelos. Finalmente, Lázaro Cárdenas exilió a Calles en 1936, aunque cinco años después regresaría al país por invitación del presidente Manuel Ávila Camacho. Lo gracioso es que ¡comparten la tumba con alguno de sus grandes enemigos! En el Monumento a la Revolución de la ciudad de México están los restos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Aunque la historia oficial ha presentado a Emiliano Zapata como un indio pobre que se levantó en armas, lo cierto es que era un pequeño propietario, dueño de un pedazo de tierra para cultivar. Tenía sus buenos caballos e incluso, en una ocasión, los ingresos que ganó por una buena cosecha de sandías los empleó para comprarse una botonadura de plata para su traje de charro. Le gustaba la comida francesa y el buen coñac.

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