En el libro Mitos
de la historia de México: de Hidalgo a Zedillo de Alejandro Rosas, el autor invita a
los lectores a descubrir parte de nuestro pasado. En la obra deja a un lado las verdades a medias de los héroes nacionales: personajes
señalados como perfectos que combatían por causas
justas. Las fuentes de este artículo aparte del
libro mencionado son: La Revista Proceso, Revista Imágenes de la UNAM,
Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el libro 100 mitos de la historia de
México de Francisco Martín Moreno.
Que Miguel Hidalgo es el Padre de la Patria y gracias a
Hidalgo somos Independientes
El cura que dio el grito de Dolores, tiene un pasado no
tan fidedigno en los libros de texto de la SEP. En realidad, el sacerdote tenía
amantes, por lo menos cinco hijos y, según la CNN, cometió crímenes atroces.
Disfrutaba matar a sus enemigos. En realidad, nunca quiso la Independencia y
dejaba que los insurgentes mataran y saquearan los poblados. Era un hombre al
que le encantaban las fiestas. Tenía grandes riquezas de las que poco a poco lo
despojaba la corona española. La
verdadera frase que pronunció el cura Hidalgo al inicio; del
movimiento de Independencia fue: "¡VIVA LA RELIGIÓN, VIVA NUESTRA MADRE
SANTÍSIMA DE GUADALUPE, VIVA FERNÁNDO VII, VIVA LA AMÉRICA Y MUERA EL MAL
GOBIERNO!" Ni una palabra más, ni una palabra
menos. Según el escritor Eugenio Aguirre, el título de Padre
de la patria le corresponde a José María Morelos, a quien le debemos la mayoría
de las victorias, otro sacerdote y aprendiz de Hidalgo que en el ámbito militar
terminó superando al maestro.
El pípila el heroe al que se le debe la toma de la Alhóndiga
de Granaditas
Un minero llamado Juan Martínez participó en la toma de
la Alhóndiga de Granaditas y con una enorme piedra en la espalda para cubrirse
de las balas llegó a la puerta, y le predió fuego. Sin embargo, nunca se ha
comprobado su existencia, no existen fuentes fidedignas que hablen que en
realidad existió el pípila. Es un mito fundacional que revela mucho del
imaginario colectivo del mexicano. El investigador Carlos García asegura que es
un mito completamente infundado pero que produce un sentimiento de identidad
nacional del nuevo país, que simboliza a la valentía y el arrojo.
Antonio López de Santa Anna el traidor que "vendió"
más de la mitad del territorio a Estados Unidos
Santa Anna no vendió la mitad del país, durante sus
gobiernos perdió territorios en diferentes momentos y por diversas
razones: 1. Texas: Se independizó
de México en 1836 y luego se unió a Estados Unidos. Cantidad de dinero
recibido: 0.00 (sí, cero). 2. California,
Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y
Oklahoma: Se perdió en el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1847,
firmado por Manuel de la Peña y Peña. Cantidad de dinero recibido: 15 millones
de dólares (como indemnización por la
guerra). 3. La Mesilla: Este
territorio sí lo vendió Santa Anna, pero porque no le quedó de otra: Estados
Unidos negoció como Vito Corleone (con una oferta que no podía rechazar): “o
vendes o te invado”. Cantidad de dinero prometido: 10 millones pesos. Cantidad
de dinero recibido: 6 millones
pesos. Le decían el “quince
uñas” por su desmedido gusto por el dinero. Fue ejemplo del chaquetero
político: de monárquico a republicano, federalista, centralista, dictador y lo
mismo pero de regreso. Ganó y perdió importantes batallas; malvendió territorio
mexicano... Pero tenía un gran carisma y el ejército lo respetaba. Las veces
que ocupó la presidencia fueron con el consentimiento de sus compatriotas que
lo mismo lo adoraban que lo crucificaban.
Los niños héroes nos defendieron en la invasión de los
Estados Unidos dando su vida por esta nación.
Sobre los niños héroes existen una serie de leyendas y
mitos que los etiquetan como aquellos que defendieron la patria y el territorio
a toda costa. Sin embargo, existen elementos para creer que existieron los
niños cadetes militares, pero que estos niños HEROES nunca existieron, que en
realidad para apaciguar los ánimos y resaltar los valores de México, el
gobierno decidió crearlos. El tema está así: en 1947 viene a México Harry
Truman, presidente de Estados Unidos, deja una corona de flores en el Obelisco
de los niños héroes y dice que olvidemos el pasado y seamos amigos, cosa que a
muchos mexicanos les ardió bastante. Bueno, pues resulta que dos semanas
después, justo en ese momento en que hacía falta reafirmar la identidad
nacional, aparecieron, como por arte de magia, seis restos óseos enterrados en
el Bosque de Chapultepec. De buenas a primeras, el presidente Miguel Alemán
Valdés decretó que eran los restos de los niños héroes. Ningún investigador
tuvo chance de revisar los huesos. Y
si bien seis de ellos murieron el 13 de septiembre de 1847 y se llevan todos
los honores como los "Niños Héroes", en realidad más de 50 cadetes
también participaron en la defensa contra el ejército norteamericano.
Juan Escutia el "Niño Héroe" aventado que se lanzó
envuelto con la bandera desde los más alto del Castillo de Chapultepec
El mito de que Juan Escutia se lanzó con la bandera
entre sus brazos es completamente infundado: ni le dieron un balazo ni cayó con
la bandera. No hay ningún registro de que algún joven cayera con el lábaro
patrio. A Juan Escutia no le dieron un balazo, ni tomó la bandera para evitar
caer, ni se tropezó con ella, ni lo empujaron, etc. No hay ningún registro que
alguno de los jóvenes cadetes cayera del castillo, al menos no con una bandera.
Nadie sabe cómo surgió el mito de Juan Escutia, sólo Manuel Raz Guzmán narró en
forma poética cómo, supuestamente, murió Agustín Melgar (no Juan Escutia):
“pero tú, Melgar … rodeado de enemigos les disparas tu arma, y no teniendo
esperanza, antes que rendirte te envuelves en el pabellón nacional y presentas
tu pecho juvenil a las balas del invasor”. Sin embargo, sí hubo un mexicano que
se envolvió con la bandera: Margarito Zuazo, pero no se suicidó, sino que herido,
regresó a su casa y entregó la bandera rescatada, muriendo unos días después
por sus heridas. Incluso hay
otras versiones donde en realidad nadie se lanzó envuelto con la bandera, que
los Estadounidenses al ganar la batalla tomaron la bandera y la devolvieron con
la firma de los acuerdos de Paz a México.
Maximiliano de Hasburgo el Emperador extranjero que
impusieron unos cuantos y vino a reprimirnos con ideales ortodoxos
Promovió la tolerancia de los cultos, la nacionalización
de los bienes del clero y uno de sus proyectos más grandes: la publicación de
leyes en náhuatl y devolverle sus tierras a los indígenas. Según el historiador
Juménez Codinach, antes de llegar a México, Maximiliano aseguró: “Sólo
conservaré [el poder] el tiempo preciso para crear en México un orden regular y
para establecer instituciones sabiamente liberales”. El problema que tuvo
Maximiliano al llegar a México se debió al poco conocimiento que tenía del
idioma español y el poco conocimiento que los indígenas y campesinos tenían
sobre las letras, por lo que su comunicación se hizo muy complicada. Para
facilitarla, se nombró a Faustino Galicia Chimalpopoca su interlocutor con las
naciones indígenas. Según Francisco Bulnes, en realidad, el imperio “fue la verdadera
gloria, la verdadera patria, la verdadera doctrina política”. Maximiliano no
resultó el gobernante esperado porque tuvo que gobernar por las leyes liberales
de Juárez.
Benito Juárez el indígena orgulloso de sus raíces que llegó a
ser Presidente, el Benemérito de las Américas. El mejor Presidente de la
Historia según la SEP.
Bajo la idea de un indígena que vivía en la sierra y
caminaba kilómetros para llegar a la primaria, Juárez se ha coronado como uno
de los más grandes ejemplos a seguir; sin embargo, la historia real es otra. De
origen humilde, la Iglesia le dio educación y le ayudó a convertirse en uno de
los abogados más prominentes de Oaxaca. Sin embargo, debido a la influencia de
los maestros masones del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, poco después
adoptó una postura totalmente cruel hacia ella. Jamás estuvo orgulloso de su
origen indígena. Sus propuestas de igualdad para los mexicanos no incluían a
los indígenas porque ellos no eran mexicanos según el gobierno. Su presidencia se dio gracias a fraudes electorales, nunca fue elegido por
el pueblo y asesinó a sus enemigos impunemente. Autorizó una serie de tratados
que eliminaban la soberanía del país en beneficio de Estados Unidos; Justo
Sierra los declaró un “crimen político”: los militares estadounidenses podían
acceder al país y matar, arrestar o poseer tierras sin ningún castigo, según el
tratado de McLane Ocampo. Además, Juárez mandó a Lerdo de Tejada para que los
estadounidenses invadieran México, impusieran su idioma y se prohibiera el
catolicismo, hubiera una inmigración masiva y los militares enseñaran al
ejército mexicano bajo el protectorado de los estadounidenses, sin embargo, el
proceso se pospuso porque James Buchanan quería ser el dueño del territorio; no
tener a México. Las leyes de Reforma, en
realidad, fueron dadas por Valentín Gómez Farías en septiembre de 1835, en las
que se subordinó completamente al poder eclesiástico, lo despojó de sus bienes
y libertades. La separación de la Iglesia y del Estado fue hecha por Ignacio
Comonfort y Lerdo de Tejada.
Porfirio Díaz el Dictador Mexicano que duró más de 30 años en
el poder y que necesitó una Revolución para sacarlo del país
Porfirio Díaz impulsó el progreso material, el orden
social y la estabilidad política con la creación de avances en la construcción
del Estado y la nación. Fue sólo a partir de 1907 cuando Díaz, ya viejo,
comenzó a tomar decisiones equivocadas. Sin embargo, durante 30 años llegó
durante su mandato la paz al país, concilió a los partidos y su relación con la
Iglesia fue sólida. México hizo adelantos en economía, hubo inversión
extranjera en la minería y la industria. Los bancos y las compañías de seguros
abrieron, y, a través del ferrocarril, las regiones aisladas del país se
comunicaron. Díaz declaró: “México pasó de la anarquía a la paz, de la miseria
a la riqueza, del desprestigio al crédito y del aislamiento internacional al
reconocimiento universal”.
La Revolución Mexicana como el movimiento donde el pueblo
mexicano unido se levantó en armas contra Porfirio Díaz y contra Victoriano
Huerta.
Siempre se dijo que el pueblo mexicano “como un solo
hombre” se levantó en armas contra Porfirio Díaz y contra Victoriano
Huerta; Esta afirmación es falsa. La Revolución mexicana fue la suma
de distintas rebeliones. Y el periodo más violento fue cuando los
revolucionarios se enfrentaron entre sí. Los supuestos héroes que se decía
lucharon juntos y unidos, terminaron asesinándose unos a otros. Durante
la Revolución Mexicana hubo más traiciones que en Game of Thrones. Huerta le
dio muerte a Madero, Venustiano Carranza se la dio a Emiliano Zapata y Felipe
Ángeles. Carranza y Francisco Villa murieron por órdenes de Álvaro Obregón. Obregón
murió asesinado después de ser reelegido como presidente, por órdenes de
Plutarco Elías Calles, quien también provocó el exilio de José Vasconcelos.
Finalmente, Lázaro Cárdenas exilió a Calles en 1936, aunque cinco años después
regresaría al país por invitación del presidente Manuel Ávila
Camacho. Lo gracioso es que ¡comparten la tumba
con alguno de sus grandes enemigos! En el Monumento a la Revolución de la
ciudad de México están los restos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza,
Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro
Cárdenas. Aunque la historia
oficial ha presentado a Emiliano Zapata como un indio pobre que se levantó en
armas, lo cierto es que era un pequeño propietario, dueño de un pedazo de
tierra para cultivar. Tenía sus buenos caballos e incluso, en una ocasión, los
ingresos que ganó por una buena cosecha de sandías los empleó para comprarse
una botonadura de plata para su traje de charro. Le gustaba la comida francesa
y el buen coñac.
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