miércoles, 21 de diciembre de 2016

La pintura mural y su conservación

Diana Magaloni Kerpel La misión del conservador no es solamente hacer posible que la pintura vuelva a lucir como en sus mejores días, y mantenerla para la posteridad, sino también investigar los materiales, los conocimientos científicos, técnicos y artísticos que la hicieron posible. La pintura mural: un legado de sabiduría material y artística La pintura mural se define siempre en relación con la arquitectura porque habita el espacio. Es un arte que impone a sus creadores grandes desafíos. Por una parte, los muros deben transformarse en superficies aptas para recibir la pintura; por otra, el espacio mismo cambia con las representaciones. Los creadores de pinturas murales son artistas del espacio y de lo pictórico, además de grandes técnicos, ya que las representaciones deben permanecer en el espacio a través del tiempo. La tradición muralista, interior y exterior, es uno de los artes más emblemáticos de las culturas mesoamericanas. La de Mesoamérica, junto con Egipto, Roma, India y posteriormente el arte renacentista italiano, es una de las culturas que más han aportado al arte mural universal. A diferencia del arte rupestre, en donde los pigmentos se esparcen sobre la roca misma, la pintura mural implica la construcción de muros y aplanados que reciben el color. La pintura mural implica la acumulación de conocimientos avanzados sobre el mundo natural y su transformación, sobre las habilidades de crear formas y símbolos que sintetizan la realidad y que la explican. Las pinturas, por su enorme complejidad, son producto de grupos de especialistas y la expresión de una sociedad organizada mediante jerarquías en el saber y en el hacer, que se forman y perfeccionan con el tiempo. Cuando hablamos de conservar la pintura mural prehispánica debemos tener presente el inconmensurable valor de este legado. En cada centímetro de pintura podemos encontrar la profundidad del pasado y de los saberes y voluntades que hicieron posible que esa representación llegue hasta nosotros. Conservar es también revelar este valor en el presente. De ahí que la misión del conservador no es solamente hacer posible que la pintura vuelva a lucir como en sus mejores días, y mantenerla para la posteridad, sino también investigar los materiales, los conocimientos científicos, técnicos y artísticos que la hicieron posible. Toda intervención de conservación debe, en principio, respetar la integridad material, técnica y estética de la obra a tratar. Es esta premisa la que hoy en día guía la investigación científica de métodos y materiales para la intervención y la que soporta el Proyecto Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica llevado a cabo por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del inah, en colaboración con el Consorcio para el Desarrollo de Superficies de Grande Interfase (CSGI) de la Universidad de Florencia, el Proyecto Pintura Mural Prehispánica en México del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, y la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH. Magaloni Kerpel, Diana, “La pintura mural y su conservación”, Arqueología Mexicana núm. 108, pp. 33-37. • Diana Magaloni Kerpel. Doctora en historia del arte por la Universidad de Yale. Directora del Museo Nacional de Antropología e investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

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